Mientras millones de colombianos enfrentan la inflación y la incertidumbre económica, los congresistas del país recibirán en 2025 un incremento salarial superior a los $3 millones, elevando su ya generoso ingreso mensual a cifras que superan los $46 millones.
Este aumento, respaldado por el ajuste automático indexado al salario de los altos funcionarios del Estado, ha generado una ola de indignación entre la ciudadanía, especialmente porque el proyecto de ley que busca reducir los sueldos del Congreso permanece estancado en el Legislativo desde hace años.
Organizaciones civiles y sectores políticos han denunciado la falta de voluntad para avanzar en una reforma que haga más equitativo el gasto público. Mientras tanto, los congresistas seguirán ganando en un mes lo que muchos colombianos no alcanzan a reunir ni en varios años de trabajo.
El contraste entre el crecimiento del ingreso legislativo y la parálisis de los proyectos que buscan regularlo pone en tela de juicio la legitimidad de los compromisos del Congreso con la austeridad y la justicia social. ¿Hasta cuándo seguirá esta desconexión con la realidad del país?